9 de noviembre de 2011

Los oficios secretos de Rajoy y Rubalcaba


No habrá servido para hablar sobre la gestión de la crisis o sobre cómo crear nuevos empleos, pero el debate del pasado lunes sí que dejó algo revelador: las facetas ocultas de los dos candidatos a la presidencia del Gobierno.
   —Rubalcaba es un lector editorial, y malo. Aseguró que había leído el programa del PP, pero cayó en el error de exigirle a Rajoy que aclarara algunos puntos. "Me gustaría que me dijera por qué en su programa de gobierno no hay ninguna mención a la sanidad pública". Al candidato del PSOE se le olvida que todo texto tiene silencios, y que debe ser el lector —o elector— el que busque las respuestas. Ahí está la gracia.
   —Rajoy, en cambio, demostró ser un lector aplicado y voraz. Durante gran parte del debate, se ciñó al texto que le habían dado sus asesores y prefirió no responder a las preguntas que Rubalcaba le lanzaba.
   —Rubalcaba es agricultor. Pero no un agricultor de patatas, zanahorias o plátanos. De hecho, según Rajoy, el del PSOE no necesita una casa en el campo y un huerto. El producto que cultiva es otro. "Usted es un sembrador de insidias. A donde quiera que va, se dedica a sembrar insidias", le dijo.
   —Rajoy es maestro de Economía. Toda España creía que era abogado, pero Rubalcaba fue el encargado de sacar a la luz la noticia. Cuando el candidato del PP acabó de hablar sobre sus propuestas para salir de la crisis, el socialista le echó en cara su facilidad para irse por las ramas. Y agregó: "Los españoles y yo, en todo caso, le agradecemos la clase de primero de Economía que nos ha dado esta noche".
   —Rubalcaba es mentalista. En un momento del debate le clavó a Rajoy una mirada de ojos quietos, punzantes. Luego, en un nuevo parloteo, quedó claro a qué venía tal gesto: "Si la gente supiera lo que usted piensa de verdad, ni siquiera los suyos le darían el voto", afirmó el del PSOE.
   —Rajoy es electricista y experto en telefonía. Opinaban sobre si debía prescindirse o no de las diputaciones provinciales, y el del PP salió con una frase digna del propio Alexander Graham Bell: "Cuando fui presidente de la Diputación de Pontevedra, en 1983, llevé por primera vez la luz eléctrica y los teléfonos públicos".

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