15 de noviembre de 2012

Alcaldesa en apuros



En plena crisis por el caso 'Madrid Arena', que hasta el momento ha dejado cuatro víctimas mortales y una más en estado crítico, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha hablado en exclusiva con El Ambidiextro para despejar cualquier duda sobre la responsabilidad de su despacho en el incidente.

Con los días han aparecido documentos que confirman que el Madrid Arena no estaba en condiciones para acoger la macrofiesta. ¿Qué dice ante esto?
Usted mismo lo ha dicho: los documentos «han aparecido»... Mi grupo de trabajo no tenía ni idea de que existían. Y todo porque la administración pasada los guardó de tal modo que fue imposible encontrarlos. Cuando los descubrimos, era demasiado tarde.
¿Dice algo el hecho de que el empresario que organizó el evento, Miguel Ángel Flores, sea amigo personal del vicealcalde Ángel Villanueva?
No, son cosas de Dios. Su voluntad fue que se conocieran y que luego gestionaran el evento. Y los designios de Dios, como bien sabemos, son inescrutables.
La primera declaración del Ayuntamiento negaba que se hubiese superado el aforo del Madrid Arena. Pero dos días más tarde se demostró que incluso era el doble del permitido. ¿Por qué la contradicción?
Porque al único vigilante que estaba en la entrada se le dan mal los números.
Dos días después de la tragedia usted se fue a pasar el fin de semana a un Spa cerca de Sintra (Portugal). La gente le acusa de no tener sensibilidad con las víctimas. ¿Qué dice al respecto?
Que es todo lo contrario. Estaba tan afectada por lo sucedido, que tuve que buscar un sitio en el cual relajarme. Y con José María (Aznar) escogimos el lugar que usted menciona.
La familia de una de las víctimas dijo que, pasados cinco días de la tragedia, no había recibido ningún saludo oficial lamentando lo sucedido. En cambio, se le vio a usted muy puntual en la misa de la Almudena...
Sí, acudí porque es una Virgen con una sensibilidad especial. Le pedí por una pronta resolución de este caso. En su calidad de patrona de Madrid, no creo que exista nadie más idóneo para ello. La cuestión, créame, está en buenas manos.
También dicen que usted tiene poco contacto con los ciudadanos. Que sólo asiste a cócteles, lanzamientos o reuniones con sus amigos y coopartidarios.
No es cierto. Es que me encuentro más a gusto trabajando desde casa. Y lo segundo, claro: usted comprenderá que no puedo pasarme todo el día encerrada.
¿Dimitirá de su cargo?
No. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Como las manzanas y las peras.

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