26 de abril de 2012

Tarjeta no-sanitaria




—Buenos días... Vengo a que me diga cómo puedo sacar mi tarjeta no-sanitaria.
   —Querrá decir la tarjeta sanitaria.
   —No, no... Yo pregunto por la tarjeta no-sanitaria.
   —Ese documento no existe.
   —Si existe la tarjeta sanitaria, también debe existir la tarjeta no-sanitaria.
   —No le entiendo.
   —Mire... Soy un inmigrante, no tengo papeles y me acabo de enterar de que a partir del 31 de agosto sólo tendré asistencia médica en caso de urgencias.
   —Efectivamente. Es lo que acaba de ordenar el Gobierno.
   —Pues ahí está el asunto. Así como los inmigrantes con papeles tienen una tarjeta para acceder a la sanidad pública, los inmigrantes sin papeles deberíamos tener otra en la que ponga que no tenemos derecho. ¿No le parece lógico?
   —La verdad, no. ¿Qué ganaría con un documento así?
   —Dos cosas. Primero certificaría que, en mi condición de extranjero, no estoy abusando del sistema sanitario español. Nadie me podría reprochar nada al respecto. Y segundo, me serviría para identificarme como un inmigrante sin papeles.
   —Sigo sin entenderle. ¿Un documento para indocumentados?
   —Exacto. La tarjeta sanitaria es el último documento que nos queda. Cuando nos la quiten, el sistema nos eliminará automáticamente. Por eso he venido a pedirle la tarjeta no-sanitaria. No me niegue ese derecho. No me quite la posibilidad de seguir viendo mi nombre en un carné. Es mi último recurso. Es la única forma que me queda para certificar que sigo existiendo.

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