2 de diciembre de 2011

VIH: la prueba en 15 minutos


 Me invitan, junto a unos colegas periodistas, a que me haga la prueba rápida del VIH. Es jueves 1 de diciembre y se celebra el Día Mundial de la lucha contra el Sida.
   Pero esta vez la noticia es otra: desde el verano, la Cruz Roja Española realiza gratuitamente la prueba con un método que permite saber el resultado en sólo 15 minutos. Acepto. Me levanto temprano y, antes de las 10, ya estoy en la céntrica Plaza del Carmen.
   Soy el segundo de una fila de cuatro. Hace frío. En la unidad móvil atienden al primero de la mañana. Detrás de mí está una chica de veintitantos con la que apenas hablo e intercambio un par de sonrisas nerviosas. A pesar de tratarse de un control de rutina, es inevitable no estar ansioso. O por lo menos, bajo una rara sensación. El que nunca haya sufrido riesgo de contagio, que tire la primera piedra.
   La puerta de la unidad móvil se abre y el chico del primer turno sale. Alguien, desde adentro, me hace una seña con la mano: es mi turno. Me recibe una chica con el chaleco de la Cruz Roja y me invita a sentarme tras una mesa pequeña. El espacio es reducido y bajo: otra persona resultaría molesta. Pasados los preliminares, me pincha el índice izquierdo con una aguja. Recoge la muestra, la vierte sobre una lámina tan grande como un termómetro de mano, y le agrega un par de gotas de un líquido transparente. Luego, con el tacto de quien ha hecho eso mismo cientos de veces, empieza el cuestionario de rutina: hábitos, parejas, frecuencia, métodos de protección, antecedentes médicos.
   Para bajar la tensión, ensaya un par de preguntas retóricas. Entre una cosa y otra, le digo que soy periodista y aprovecho para indagar sobre la acogida de la prueba.
   —Llevamos haciéndola desde septiembre —dice—. Y la gente se ha ido animando de a poco. La idea es fomentar la prevención y dar un diagnóstico temprano a los casos que resulten positivos. Es muy importante detectarlos a tiempo.
    —¿Han disminuido?
   —No del todo. Los últimos avances médicos y el hecho de que ahora pueda tratarse como una enfermedad crónica más, han provocado que la gente deje de protegerse. Y este año hemos tenido un aumento en los casos.
   Mientras tanto, el resultado de la prueba está listo.
   Salgo de la unidad móvil con la sensación de haber estado allí dos, tres, cinco horas. Es como si acabara de salir del sorteo del Ejército. O de una larga prueba de selectividad. En mi reloj, sin embargo, no han pasado más de 20 minutos.

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