Como no podía creer lo que estaba leyendo, cogí el teléfono y decidí llamar al primer ministro italiano, Mario Monti, para hacerle un par de preguntas sobre sus recientes declaraciones al Canal 5 de la televisión de su país. He aquí parte de la conversación:
MONTI_: (...) Le repito: los jóvenes deben acostumbrarse a no tener un trabajo fijo para toda la vida. Es bonito cambiar de empleo y aceptar nuevos desafíos.
AMBIDIEXTRO_: O sea, que lo decía en serio...
MONTI_: Claro que sí. Además, admitámoslo: qué monotonía.
AMBIDIEXTRO_: ¿Y en cuanto a la sanidad pública?
MONTI_: Exactamente igual. Es muy aburrido visitar al médico de la Seguridad Social toda la vida. Uno se cansa de eso. La gente debe entender que es bueno cambiar de aires y pasarse de una vez por todas al sector privado. Además, la sanidad pública es deprimente.
AMBIDIEXTRO_: ¿Por qué lo dice?
MONTI_: Fíjese en los hospitales: cada vez más solos, con menos infraestructura y atendidos por un personal que trabaja hasta 16 horas diarias. Eso no es bueno para ningún paciente.
AMBIDIEXTRO_: ¿Y la educación?
MONTI_: Lo mismo. Yo no confiaría la enseñanza de mis hijos a profesores que tienen que preparar asignaturas de las que no tienen ni idea. O que se viven quejando de sus salarios y cada semana llenan las plazas con pancartas. ¿Le parece un buen ejemplo para los niños?
AMBIDIEXTRO_: ¿Y cuál sería la solución?
MONTI_: Los colegios privados, que sí tienen verdaderos profesionales. Además, si cada cual pagara lo suyo, nos evitaríamos tanto lío con la entrega de ayudas y subvenciones. Todos los años perdemos mucho tiempo evaluando las solicitudes. Qué monotonía.
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