Ante la «avalancha» de comentarios y tras una «exhaustiva» selección, El Ambidiextro pone en conocimiento de sus lectores el ejercicio de autocrítica propuesto hace dos semanas, el cual le ha dejado importantes conclusiones de cara a su labor. De paso, aprovecha para agradecer el interés de todos los que han seguido estos 100 post publicados hasta el momento. Eso sí: si algún día cometen el gravísimo error de no leer más el blog, su autor espera que, por lo menos, se tomen la molestia de escribirle un comentario exponiendo sus razones.
KAREN CARMONA (Madrid): Soy de Cochabamba, Bolivia, y vivo hace 11 años en España. En algunos post, cuando usted habla de Colombia, tengo la sensación de que también lo está haciendo de Bolivia. Nuestros males, salvo el de la guerra, son muy parecidos. ¿De verdad cree que Colombia es el peor país del mundo?
AMBIDIEXTRO: No, claro que no. Hace un par de años sí lo creí con plena convicción y hasta lo prediqué por el mundo entero. Fui un profeta del desencanto colombiano. Pero luego me di cuenta de que no valía la pena: primero, porque encontré pocos devotos; y segundo, porque el rótulo de «peor país del mundo» implica cierto grado de importancia, y Colombia no es tan importante. Ahora sólo hablo mal del país cuando es estrictamente necesario. Es decir, al menos una vez a la semana. Y si estoy de buen humor, dos o tres.
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LAURA BERMEJO (Barcelona): En un post publicado en abril, usted criticaba la iniciativa de los escraches a las viviendas de los políticos en España. Sin embargo, luego publicó otro en el que apoyaba la campaña de los conductores en Cataluña que no pagan los peajes. ¿Cuál es su criterio para hacerlo? ¿Cómo entender esta contradicción?
AMBIDIEXTRO: Es mejor que no la entienda, porque no existe. Mi posición es clara: apoyo todas las manifestaciones que sean pacíficas. Es verdad que estos dos movimientos reivindican derechos ciudadanos importantes, pero la diferencia está en que mientras uno lo hace sin recurrir a la agresión, el otro asume que la protesta es un mecanismo para tomarse la justicia por su propia mano. Comparto sus motivos, pero no sus métodos. No todo vale a la hora de manifestarse, y menos si se trata de emplear la violencia (en cualquiera de sus múltiples formas).
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AMBIDIEXTRO: Tiene toda la razón. Es más, reconozco que muchas de las cosas que digo sobre Colombia son exageraciones. Y provocaciones. Pero aquí el asunto es otro: este blog no es meramente noticioso. Si lo fuera, todo su contenido merecería un rechazo generalizado, pues faltaría claramente a la verdad. En cambio, es un blog que mezcla la actualidad con elementos de la ficción, y que a partir de ahí crea un estilo y una forma de narrar. Cuando yo digo «negro», en realidad quiero decir «gris». Lo que pasa es que no digo directamente «gris», pues nadie me leería. Al lector hay que engancharlo diciendo «negro». De modo que, por el bien de su salud, no se lo tome tan en serio. Disfrútelo. Y si ve que no lo soporta, déjelo. No sería la primera vez que pierdo un lector colombiano por las «barbaridades» que digo sobre Colombia.
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