19 de agosto de 2014

Pantalla




—Llevo seis meses sin ver la tele y es como si ya no supiera quién soy ni en qué mundo vivo.
   —¿Entonces usted no sabe que Antonio Alcántara le puso los cuernos a Merche?
   —No tenía ni idea. ¡Menudo golfo el Alcántara!
   —¿Ni que la selección de Corea del Norte clasificó a la final del mundial Brasil 2014?
   —¡No, no me lo creo...! ¿En serio?
   —Bueno, al menos eso es lo que dice un vídeo que hace un par de semanas estuvo rodando por las redes sociales. Según parece, se trataba de una parodia con la que el canal de Youtbe 'Korea News Backup' quería cuestionar los métodos de censura del régimen de Kim Jong-un, que han hecho de este país uno de los más aislados del mundo. El asunto es que mucha gente se tragó el cuento enterito y lo celebró como si fuera una gran hazaña nacional.
   —¡Pero si Corea ni siquiera estuvo en el mundial!
   —Obvio. Pero, en el torneo idílico retratado en el vídeo, los norcoreanos no sólo habían ganado una plaza, sino que realizaron una primera ronda perfecta al derrotar a Japón (7-0), Estados Unidos (4-0) y China (2-0). Y, en el partido final, les esperaba la Portugal de Cristiano Ronaldo.
   —¡No entiendo cómo hubo gente capaz de creérselo!
   —No será la primera ni la última vez. Y menos si hablamos de fútbol. En general, los aficionados son propensos a creerse todo al pie de la letra... ¿Le suena un tal Maradona?
   —¿Maradona? ¿Diego Armando Maradona, el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos?
   —Yo he dicho sólo Maradona.
   —¿Y es que acaso usted cree que hubo alguien más grande que Diego?
   —¡Por supuesto! Sin quitarle ningún mérito, pues desde luego fue un 10 habilísimo e inteligente, además de un líder dentro y fuera del campo, hubo varios futbolistas que le superaron tanto técnica y físicamente como en número de títulos obtenidos: Pelé, Di Stefano, Puskas, Beckenbauer, Cruyff, Zidane o, incluso, el mismo Messi. Hasta el propio Menotti, todo un sabio en estos temas, hace poco dejó de lado el nacionalismo argentino y lo reconoció.
   —¿Y qué tiene que ver Maradona con la tele?
   —Mucho. Hablábamos de la «magia» de la televisión, y de los mundos que va creando, y resulta que, hasta los años 80, ningún otro jugador de fútbol gozó de una repercusión televisiva tan potente como Maradona. La televisión se encargó de que su imagen le diera la vuelta al mundo en cuestión de segundos, algo que no tuvieron otros como Pelé, Puskas o Di Stefano. Fue ahí cuando se alimentó el rotulito de «mejor jugador de todos los tiempos». Y, por lo visto, funcionó.
   —Como lo de Corea en el mundial.
   —O como tantas otras cosas. Por eso, la próxima vez que encienda una televisión, recuerde una famosa frase de otro argentino, Jorge Luis Borges, a quien, cosa rara, no le gustaba el fútbol: «La duda es uno de los nombres de la inteligencia». Y asunto resuelto.

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