18 de febrero de 2015
Cinco razones por las que empiezo a cansarme de los posts titulados «Cinco razones para...»
He aquí las cinco razones por las que El Ambidiextro, que no acaba de adaptarse a las redes ni al mundo digital en general, empieza a cansarse de los post titulados «Cinco razones para...» o «Cinco cosas que deberías...» o «Cinco consejos para...» y ese tipo de chorraditas. Decirlo no cambiará nada, claro, pero al menos lo liberará del hartazgo que le producen:
1. Poca originalidad. De la noche a la mañana, el formatico se nos volvió norma. Mejor dicho, la «Norma» (con mayúsculas). Bien por el que la usó la primera vez, aunque tampoco es que estuviera descubriendo el agua tibia. O incluso una segunda o una tercera. Pero si ahora hasta las noticias te las cuentan en ese plan, dan ganas de meterse en una nave y salir corriendo a Marte. Eso así, antes de hacerlo es recomendable iniciar una búsqueda en Google sobre el tema. Algo así como «Cinco razones para salir corriendo a Marte».
2. Se alcahuetea la pereza. La culpa, repito, no es del primero que usó el recurso, sino de los que vinieron detrás y lo siguieron usando hasta exprimirlo. A estos genios les debemos que ahora existan cinco razones para casi todo: para beber agua, para comer fruta, para irse de vacaciones, para cepillarse los dientes, para tirarse un pedo, para sacarse un moco... ¡Razones por todos lados! ¿No dizque los community manager eran tan versátiles? ¿No dizque dominaban todos los recursos que les ofrece Internet? ¡Mentira! ¡En esto son tan perezosos como los encargados de las agencias de noticias, que cobran la nómina por copiar y pegar cables!
3. Te cuelan muchas mentiras. Los genios que hacen este tipo de posts creen que entre más razones acumulen, mejor será el contenido del texto. Y ese afán les lleva a buscar razones hasta debajo de las piedras. O a sacarse del bolsillo cualquier argumento. Afirman, por ejemplo, que lo blanco es negro y lo negro es blanco. ¡Son los sofistas del siglo XXI! ¡Sofistas 2.0!
4. Dicen diez veces lo mismo. De las cinco razones esgrimidas, sólo dos resultan oportunas y coherentes; las otras tres son derivaciones de las anteriores. O sea, sobran. Una vez leí un post que hablaba de 17 razones para tal o cual cosa, aunque en realidad esas 17 razones podían resumirse en 4 ó 5. ¿Qué les pasa a mis colegas? ¿Se les habrá olvidado una de las máximas del periodismo digital: ser directo? ¿O es que ya no aplican el lenguaje eficaz? Yo creo, más bien, que el título de «community manager» se les subió a la cabeza y de un tiempo para acá ya no se toman el trabajo de ponerse en el lugar del lector. Escriben como si estuvieran haciendo churros. Claro, con el cuentico de que ahora Internet es sinónimo de protagonismo, notoriedad... ¡Qué va! ¡Charlatanes! ¡Lengüisueltos! ¡A ver si aprenden a decir más con menos!
5. Porque no tengo nada más que añadir. Lo dicho: casi siempre sobra un espacio que uno rellena como le da la gana: repitiendo, mintiendo, generando falso interés... En mi caso, voy a hacerlo con una sabia advertencia: por lo menos tres de las razones incluidas en este post sobran, y las dos restantes pueden resumirse en una sola fase: ¡no más post del tipo «Cinco razones para tal o cual cosa»! ¡Sean creativos: búsquense la vida!
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