5 de marzo de 2015

Mi último objeto


 

 

—Ya que vamos a hablar de la exposición de Brian Sokol, sería bueno que empezara haciéndolo en primera persona. ¿Qué objeto trajo usted antes de lanzarse al exilio?
   —Ninguno. Yo vine a España buscando el olvido.
   —¿Y lo consiguió?
   —No, qué va... Colombia, con su perversidad infinita, lo sigue a uno a todas partes.



   —Sokol dice que a él le bastaría con el pasaporte.
   —Es lo último que yo me traería.
   —Con el pasaporte, dice, podría seguir cruzando fronteras y contando historias como las de la exposición que acaba de llegar a Madrid. ¿La ha visto?
   —Sí. Fotografió a 24 refugiados que fueron obligados a abandonar su lugar de origen.
   —Y los sacó junto a sus objetos más preciados.
   —Exacto. Tras varios años de periplo en el África, Sokol ha elaborado una serie fotográfica en la que muestra a varios desplazados por la guerra, el fanatismo religioso o el hambre junto al objeto que salvaron momentos antes de la huida. Niños, adolescentes, madres cabeza de hogar, hombres y ancianos, todos aferrados a ese pedacito de memoria: un bastón, una pulsera, unos pantalones, una foto, una almohada... Cada uno con su objeto, con su duelo.
   —Pero no los llevan sólo como un recuerdo.
   —No, no son souvenirs.
   —Ni ellos son turistas de los de mapa y mochila.
   —Para algunos, sus objetos han supuesto una forma de seguir adelante: los libros de Fideline, la máquina de coser de Benjamín (foto arriba) o la red de pesca de Jean.
   —Son una forma de presente. Y de futuro.
   —El objeto también les da identidad: ellos son, de alguna forma, eso que salvan. Cuando uno echa un vistazo a las noticias, los refugiados siempre tienen apariencia de cifra: 10.000, 150.000, 450.000... Cifras con muchos ceros a la derecha. Pero en esas cifras también anidan relatos de millones de personas, de seres de carne y hueso con un nombre y un rostro. Los dígitos también sienten. Sokol ha hecho que veamos el reverso de esos números.


(*) Exposición 'The most important thing. Retratos de una huida'. Hasta el 31 de mayo en Caixaforum Madrid.

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