19 de diciembre de 2015

Votemos



—¡Tiempo sin saber de usted! Le perdimos la pista desde que se volvió dizque «analista político» y sale en la tele destilando su odio en todas direcciones.
   —Vivimos días agitados. Por si aún no lo sabe, mañana son las elecciones generales.
   —Claro que lo sé, pero no pienso moverme del sofá. ¿Y usted?
   —No tengo sofá en casa. Iré a votar.



   —¿En serio? ¡Pero si usted ni siquiera tiene claro si es de derechas o de izquierdas!
   —Estas elecciones no son sólo entre la derecha y la izquierda.
   —Ah, sí, es cierto... También están los descerebrados a los que llaman dizque «emergentes».
   —Por fortuna. Ya estábamos tardando.
   —¿Y a quién va a votar? No me diga que se dejó engatusar por el PSOE.
   —No. Votaré por el cambio.
   —¿Cuál cambio? ¿No se da cuenta de que todos los partidos son lo mismo? ¿No ha entendido que el problema es este sistema sucio y maloliente?
   —Podemos tratar de limpiarlo. Podemos hacer las cosas de otra manera.
   —Usted tiene demasiados años para que crea en las hadas. Todo va a seguir igual.
   —No es cuestión de hadas. Es un pantano.
   —¿Un pantano?
   —La política española, desde hace unos cuantos años, se ha convertido en un oscuro pantano en el que se crían toda clase de larvas y parásitos. Es agua estancada, hedionda, putrefacta. Castigar al bipartidismo no será la panacea. Los emergentes son una incógnita y es posible que no cumplan con todas las expectativas que han creado. De hecho, sería ingenuo creerse al pie de la letra sus programas. Pero, al menos, darles el voto servirá para remover el agua hedionda. Debemos hacer que el pantano respire otra vez.
   —Hay varios nuevos. ¿Los va a votar a todos?
   —Yo hablo de uno en concreto. El que más ha hecho por remover el fango.
   —Esto no se arregla con nada. Se lo aseguro.
   —Podemos intentarlo. Mire lo que está pasando en ciudades como Madrid o Barcelona.
   —¿Gente nueva que se reparte lo que antes se repartían otros?
   —Está equivocado. No se trata de eso.
   —¿Quitarse la corbata? ¿Hacerse fotos en el metro para parecer «una ciudadana más»?
   —Es mucho más que eso. Es un cambio de actitud hacia lo que es de todos.
   —Me quedo con mi sofá. Mañana es el Real Madrid-Rayo.
   —El parásito que nos gobierna también prefiere el sofá. ¡Y fíjese adónde nos ha traído!
   —Vamos, que usted sigue empeñado en votar, ¿no?
   —El agua del pantano no se removerá por sí sola. Hay que agitarla con nuestras manos. De lo contrario, se convertirá en arena movediza que se tragará todo. Ya se ha tragado parte de nuestros derechos sociales. Le repito: es necesario limpiar el pantano. Si tenemos suerte, el agua cambiará de color y algún día volverán los peces.

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