10 de enero de 2012

La detención de Baltasar

   —Antes de que pegue el grito en el cielo, déjeme advertirle que el vídeo que verá a continuación es sólo una representación.
   —¿O sea que este blog, a falta de temas, ahora se dedica a difundir noticias falsas? ¿Tan mala acogida ha tenido entre los lectores?
   —No es eso. Cuando digo «representación», me refiero a que se trata de una puesta en escena. Sus protagonistas son actores. Pero la reacción de la gente sí es verídica.
   —¿Teatro callejero?
   —No del todo. La idea fue de los colegas del 15-M de Málaga. Disfrazaron a tres reyes magos y los pusieron a repartir caramelos por el centro de la ciudad. Uno de ellos, como reza la tradición, era negro. Al principio todo iba bien: dulces, cartas, fotos, saludos... Pero al cabo de un rato aparecían dos supuestos policías encubiertos y abordaban al rey negro, Baltasar, para pedirle los papeles. Y el pobre, por supuesto, no los tenía en regla.
   —Uf, qué susto. Menos mal era una ficción.
   —No del todo.
   —¿Cómo así? ¿Entonces sí eran policías?
   —No. Le repito: era una puesta en escena. Pero cuando digo que no es del todo una ficción, me refiero a que la detención de Baltasar está más cerca de lo que pensamos. Haga un ejercicio: eche un vistazo a plazas, calles, centros comerciales, estaciones de metro y tren y otros sitios concurridos en las grandes y medianas capitales de España, para comprobar lo que le digo.
   —¿En serio? Pues no me había fijado.
   —Claro, porque usted es más bien blanquito, ojiclaro y se camufla sin ningún problema entre los españoles. Pero ya se imaginará la suerte que corren negros, morenos, mulatos, indígenas, árabes, chinos, gitanos... Incluso los extraterrestres, sean de Marte o de Plutón.
   —¿Qué les pasa?
   —Cuando no tienen los papeles en regla, se van detenidos para los CIE. Y una vez allí, es poco lo que puede hacerse. Si no los deportan a sus países, los mantienen bajo condiciones lamentables. La semana pasada murió uno en el CIE de Barcelona. Allí los policías no son actores. Todo lo que allí pasa no es ninguna puesta en escena. 


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