7 de noviembre de 2014

Lateral izquierdo



«El fútbol es la vida en 90 minutos», dijo alguna vez un reconocido entrenador. Y cuando estás ahí dentro, en tu pequeña parcela de césped, sabes que es así. Es todo o nada. Pero también sabes, claro, que no es una cuestión de vida o muerte. Nidhal Selmi —22 años, lateral izquierdo, en la mira de varios ojeadores— también lo sabía. O no del todo. En cualquier caso, decidió jugarse la vida. Finalizada la temporada 2013/2014, tras haber ganado la Copa de Túnez con el Étoile Sportive du Sahel, rompió filas y se aprestó a defender colores opuestos. El bando elegido, conocido como EI, en el que militaban casi 100.000 hombres y que despertaba un violento fanatismo en Oriente Medio y algunas simpatías en Europa y América, lo recibió sin preámbulos. No hubo presentación oficial. Nidhal apenas tuvo tiempo de ponerse el uniforme, musitar una oración y saltar al campo. El EI afrontaba una campaña decisiva. Pugnaba por ser el primero de su zona. Nidhal, lateral izquierdo con proyección, participó en varios ataques. Pero en un contragolpe del adversario, perdió su posición y fue derrotado. Y no le quedó tiempo para más.

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